Había una vez hace mucho tiempo una región muy lejana de bello nombre llamada Lidia, estaba situada al oeste de la península de Anatolia. Fue reino desde la caida del Imperio Hitita hasta el 546 a. C. cuando fue conquistada por los persas. Sus tierras se extendían por las actuales provincias turcas de Izmir y Manisa.
Por su situación privilegiada servía de puente entre Oriente y Occidente, destacando por sus buenas artes y habilidad en el comercio y por sus famosas y ricas minas de oro, como relata el historiador griego Heródoto en el siglo V a. C.
«En cuanto a maravillas dignas de ser recordadas, en comparación con otros países, Lidia no posee muchas, excepto las pepitas de oro que provienen del Tmolo, cadena de montañas de Anatolia» (Heródoto, Historia, 1.93).
2 comentarios:
Como ven sendo habitual en ti, deixasme sen palabras! Encántame!!
Graciasssssssss
"El amor por la belleza se denomina BUEN GUSTO"
felicitacións por seguir sorprendéndome. _AINEN_
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