En el fondo eres como una flor, tu belleza encuentra que le de sombra pero no hay nada capaz de ensombrecerla salvo que tu misma lo crees de palabra ...
Hablas y ellas te rodean mecidas por el viento o frías, inertes y hieráticas como trozos de hielo que cuelgan de tu ventana a la luz de tu calor, reflejando como la luna un calor ajeno.
Te arropan y acompañan, te visten y definen.
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