lunes, 28 de diciembre de 2009

Limpiezas de temporales pasados

Las peores digestiones no son las de las grandes bodas ni de los grandes banquetes aunque pueden ser su punto de partida o un ingrediente más, las peores son las que dan las facturas, los ajustes de cuentas o las puestas al día sobre todo cuando, a posta o no, superan a cualquier venganza, que se sirva fria, ya que éstas vienen además de pensadas y racionalizadas en frio como un general planearía la vispera la posición y movimientos de sus tropas y la reaccción del enemigo en el campo de batalla, rica y variada en arsenal, traen ingredientes en todas las temperaturas y estados: desde el que quema por su calor y cercanía al que lo hace por su frio y por perderse en la noche de los tiempos; en todos las fases del producto: del fresco a la podedumbre pasando por el polvo que se lleva el viento y crea la duna que por su forma recuerda lo que ya sólo serán recuerdos a la conservación en formol.
Cuanto más golpes menos posibilidad de replica y esta como mucho dará más madera y materia prima para continuar en una espiral que salta adelante y atrás y que sólo conoce un sentido y una solución, que se dicta y repite hasta su plena ejecución.



1 comentario:

samuel aleister dijo...

Las peores digestiones son las que da la vida de cuando en cuando, un engaño, la pérdida de un ser querido, el miedo, la soledad... Digestiones largas, degluciones que hacen que tus tripas se retuerzan y crujan convirtiendo tu vientre en un saco de hormigas radioactivas que caminan y muerden en tu interior. Podríamos decir que es algo intrínsico y nunca externo o superficial. Somero se manifiesta en forma de ojeras o palidez, algo poco exterior.

El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos durante los 364 días del año.

Cuantos más golpes más posibilidad de reaccionar en el futuro a esos impactos, planteándose multitud de modos de resolver esa repulsión orgiástica